Zaragoza, 8 de septiembre de 2014
Éste es el título del último y exitoso
libro del que fuera presidente de Cantabria, y antes economista y profesor
universitario dos décadas, Miguel Ángel Revilla, político fuera de lo
convencional donde los haya, y que contiene , en su La Jungla de los Listos, una serie de reflexiones sobre los motivos
y causantes de la actual crisis (los banqueros y los especuladores), y sobre
las soluciones ante esta situación de desafección de millones de ciudadanos en
toda Europa, frente a sus actuales dirigentes políticos: los que Podemos llama La Casta, en una similitud con los
planteamientos de Revilla en muchos puntos, a pesar de ser ideológicamente divergentes,
aparentemente al menos.
Revilla denomina listos a toda esa serie de especuladores , que se han aprovechado
de su situación de privilegio financiero y económico, para hacerse todavía más
ricos, a costa de los demás, donde los actuales dirigentes políticos no serían
más que un eslabón más en esta cadena de voraces acumuladores de riqueza y
promotores de desigualdad social.
Éstos quieren hacernos creer que con
austeridad, se van a equilibrar las finanzas y con una política tan responsable que se estaría aplicando, ya
estamos saliendo de la crisis.
Sin embargo, la realidad es bien
diferente: las clases medias y trabajadoras se están empobreciendo a marchas
forzadas, y los servicios públicos (educación , sanidad…) y la inversión en
infraestructuras y otros bienes que son de
todos, se están reduciendo de un modo escandaloso.
Todo ello, con la excusa de pagar la deuda, pero a quienes realmente
estamos pagando es a esta cuadrilla de especuladores que calientan los mercados
para que los bonos valgan más y que previamente son quienes prestaron el dinero
para que una serie de banqueros, políticos y gente sin escrúpulos, se hicieran
de oro a costa de todos nosotros.
Ante esta situación, el auge de Podemos es
el del enorme descontento ciudadano frente a un ambiente de general injusticia
, desigualdad y corrupción que no merecemos en modo alguno, y es un toque de
atención a los partidos tradicionales (en peligro incluso de desaparición o
reducción a una posición testimonial si no cambian) para que acometan en el
sistema una serie de reformas profundas : una auténtica refundación y comienzo
desde sus cimientos.
Mientras tanto, algunos hablan de regeneración, con propuestas de reducir
cargos o aforados, pero ellos mismos (o algunos de sus más allegados), son los
que se resisten a poder ser juzgados o investigados por un juez ordinario (ahora
les juzga uno nombrado por ellos mismos, y las condenas, como la de Jaume
Matas, se cuentan con los dedos de una mano), si cualquier ciudadano o entidad
les denuncia por corrupción, pues existe en la actual casta política un miedo feroz, actualmente, a que cualquier órgano
independiente les investigue por corrupción, pues todos saben que lo que está
saliendo cada día no es más que la punta del iceberg, de un iceberg que tiene
unas enormes dimensiones. En Aragón sucede aquí lo mismo que en el resto de
España y de Europa, no somos diferentes (también tenemos aquí nuestros Jaumes
Matas).
En Europa, sólo políticos como el joven y
brillante primer ministro italiano Matteo Renzi, están resistiendo a esta nueva
dinámica imparable, y mantienen un alto apoyo popular (por ser valiente y
atreverse a enfrentarse al pensamiento único de la austeridad y los recortes),
y ojalá aquí entre nosotros (en España y en Aragón) los partidos tradicionales
sean capaces de renovarse a fondo (ya lo dijimos hace 4 años, y nos tacharon
como mínimo de temerarios), con un sistema de primarias obligatorias (con voto
popular masivo de los candidatos y real libertad de concurrencia), y el acceso
de una nueva generación de políticos a los puestos de responsabilidad, y que
tengan la valentía de decirle a Merkel y a sus jefes de la jungla de los listos, que ya basta a esta políticas de
austeridad y que nos están empobreciendo cada vez más y aumentando la desigualdad.
Existe una alternativa a esta jungla (que es la senda del progreso y
la solidaridad, necesariamente renovadas hoy), pero sólo desde una forma
radicalmente distinta de hacer las cosas podrá ésta ponerse en práctica.